Política
Bajo el gobierno de Netanyahu y como consecuencia de la guerra en Gaza, el Estado de Israel se ha visto cada vez más aislado en la escena internacional. El primer ministro israelí, aficionado a las políticas de poder y a las bravuconadas viriles, quería convertirlo en un motivo de orgullo: «Nos convertiremos en una super-Esparta», prometió. Pero Danny Trom se pregunta: ¿no es la soberanía espartana una pseudo-soberanía, en particular para el pueblo judío? Al examinar las lecciones políticas que Hannah Arendt extrajo de la historia judía, el sociólogo identifica las exigencias que se imponen al Estado hebreo si quiere asegurarse una autonomía más duradera.
¿Cómo explicar el ensañamiento de Israel en esta guerra en Gaza que no se acaba? Danny Trom se propone analizar la situación a partir de un síntoma: la proliferación, después del 7 de octubre, de las kinot, esas quejas poéticas que parecen pertenecer únicamente a la tradición del exilio. La lamentación israelí se formula ahora en un lenguaje propio del exilio y de su impotencia, incluso cuando acompaña, en la actualidad, la guerra de un Estado que ha otorgado a los judíos una potencia inédita y, con ella, una nueva responsabilidad. Trom nos invita a pensar la tensión interna de esta paradoja.
La ocurrencia de Emmanuel Macron sobre la deuda original de Israel con la comunidad internacional demuestra la persistencia de una imagen anticuada de los judíos y su relación con las naciones. En este artículo, Gabriel Abensour nos recuerda la historia del sionismo y cómo esta declaración presidencial parece medieval.
¿Qué explica la tendencia de la izquierda radical a hacer del 7 de octubre un no-acontecimiento? Balázs Berkovits examina la construcción ideológica que permite evacuar la realidad situándola en un escenario maniqueo. Si la justicia supuestamente inmanente a la causa palestina no puede cuestionarse por su adscripción a una masacre con intenciones genocidas, es porque la crítica política ha sido sustituida por un fundamentalismo moral. Y cabe preguntarse si, además de justificar todas las atrocidades cometidas contra Israel, este último no prohíbe a los palestinos salirse de su papel de víctimas.
¿Qué podemos decir de los crímenes sexuales perpetrados por los hombres de Hamás el 7 de octubre -documentados cada día un poco más por el trabajo de un grupo israelí de ginecólogos, médicos forenses, psicólogos y abogados internacionales? ¿Y cómo entender la ocultación de la violencia ejercida contra las mujeres ese día por una parte de la opinión pública mundial, incluidas las supuestas “feministas”? ¿No equivale esta ocultación a violentar a estas mujeres por segunda vez, como si su calvario no contara y careciera de significado?
¿Cómo viven los árabes israelíes el 7 de octubre y sus consecuencias? En su testimonio, Mouna Maroun, doctora en neurobiología y vicepresidenta de la Universidad de Haifa, ofrece algunas respuestas a esta pregunta. Basándose en su experiencia personal de coexistencia armoniosa entre judíos y árabes israelíes, y en su lucha por promoverla en la universidad, examina las dificultades que plantea al proceso de integración la conmoción experimentada por la sociedad israelí en su conjunto, pero también los motivos para la esperanza.
El 26 de febrero de este año estalló una revuelta en el campus de la Universidad de California, en Berkeley, con motivo de la visita de un conferenciante israelí. Daniel Solomon, estudiante de doctorado en Historia y primer traductor al inglés de K., nos habla desde dentro del suceso y del ambiente amenazador en que se produjo. Mientras el auge del antisemitismo pone en tela de juicio el excepcionalismo estadounidense, Solomon examina la pérdida de ilusiones y la sensación de soledad que la acompaña.